Me desperté con el sonido de un coche de policía muy fuerte. Miré a mi alrededor y comprobé que aun llevaba la ropa de la noche anterior, ni siquiera me quité los tacones. Me levanté con cuiddo y caminé con trabajo hasta la mesa donde vi a Clara desayunando una de sus barritas energéticas. Llevaba ropa de deporte y no parecía nada cansada.
-Vaya buenos días bella durmiente.
-¿Que hora es?
-Pues las doce, acabo de llegar de correr.
-No puede ser.
-Creeme que si.
-¡Joder! Se supone que hoy empezaría a buscar escuelas.
-Pues se te ha hecho tarde guapa.
-Me podría haber avisado.
-No me eches las culpas a mi, por cierto, tienes una nota en el frigorífico señorita Bieber- me miró con cara de seducción y se fue riéndose. Corrí literalmente hasta el frigorífico y leí un papel que colgaba pegado a él.
"Echarte de menos a sido lo mejor que me ha pasado porque gracias a eso he comprendido que nunca he dejado de quererte, te llamo mañana, te quiero" Sonreí como una estúpida y sujeté el papel entre mis manos, creo que ya era hora de perdonarlo de verdad.
-Clara ¿me ha llamado alguien mietras dormía?
-¡¿Que?!- escuché la melodía de mi móvil sonar e ignoré a Clara que seguía preguntándome.
Era un número desconocido, no tenía ni idea de quien podría ser, lo único que sabía es que no era Español.
-¿Si?
-¿Claudia?
-¿Justin?
-Buenos días preciosa ¿te apetece acompañarme a comer?
-Si, claro, deja que termine de vestirme y vamos.
-Genial, te recojo en media hora en la puerta del hotel, sal rápido, ya sabes.
-Si, ahora te veo.
-Hasta ahora, te quiero.
-Bye!
Solté el móvil sobre la mesa y corrí a ducharme. Clara acababa de salir y entré sin llamar.
-¿Que pasa?
-Me voy a comer con Justin, aparta.
-Bueno, bueno, tranquila- me metí en la ducha y dejé caer el agua calien... ¡HELADA!
-¡JODER CLARA CON QUE TIPO DE AGUA DE DUCHAS TU!
-Cuando vengo de correr con agua fría, te joder guapa.
-Seras cerda- se escucharon unas risas y comencé a ducharme rápido. Salí y me vi sobre la cama un conjunto perfecto, informal pero formal a la vez. Clara me miraba sonriente y accedí a ponérmelo.
-Gracias, eres la mejor.
-O si ya, para cuando te interesa.
-Cállate que te liaste con mi novio.
-¡No saquemos los trapos sucios por favor!- me empecé a reír y la abracé cuando terminé de vestirme.
-¿No te maquillas?
-¡Mierda! Miré el móvil y faltaban cinco minutos.
-Ven ¡rápido!- Clara comenzó a pintarme la cara con eficacia y conociéndola seguro que incluso me quedaría mejor que si me hubiera pintado un prfesional.
-Lista, y te sobran veinte segundos. Me pusé en pie y le abracé antes de salir.
-¿Llevas dinero?
-Si.
-¿El móvil?- lo cogí y lo metí en el bolso.
-Sí.
-¿Condondes?
-Si... ¡¿QUE?!- comenzó a reírse a carcajadas y me empujó a la salida.
-Pásalo bien, yo saldré a dar una vuelta con Harold.
-¿Harry?
-Shhhh...- unas chicas que habían mas alante comenzaron a mirarnos nerviosas y se acercaron.
-¿Sois las chicas que estuvieron ayer en la fiesta de Justin?- nos miramos entre nosotras y asentimos confusas.
-Por favor, Justine s nuestro ídolo, un autógrafo suyo, por favor.
-Si, claro, lo intentaré conseguir, ¿en que habitación estáis?
-La 21, ¡gracias!- y se marcharon gritando. Me encogí de hombros y me fui a mi quedada con el queridísimo Justin
El sueño compartido
Dos sueños iguales unidos por un final... Una historia de amor, felicidad y tristeza.
sábado, 3 de mayo de 2014
martes, 29 de octubre de 2013
Capítulo 44.
(Justin)
No me lo podía creer. Estaba aquí y era tan raro. No había
dejado de pensar en Claudia durante todo este tiempo, ni un instante, todo era
Claudia, Claudia, Claudia…
¿Pero por qué aquí? ¿Por qué tenía que ser hoy? ¿En mi
cumpleaños? Maldito destino…
-¡Ey Justin estás desconcentrado!- miré a Jessi descontentó y
me aparté de su lado.
-Eh… ¿Qué te pasa hoy?
-Dios Jessy te deberían poner un bozal, no paras de hablar- se
calló. Me giré y le miré con compasión.
-Lo siento es que me he encontrado con…
-Déjalo primito, ya hablamos cuando te encuentres mejor ¿vale?
Sigue ensayando ese discurso porque si lo lees así te van a matar- suspiré y
asentí.
-Lo siento- sonrió y se marchó de la habitación del hotel.
Caminé ignorando el discurso y me asomé a la ventana, a 34 habitaciones de alto
observé a personas diminutas andando de un lado a otro… Quería sentirme libre
por un momento, como aquellas personas, poder hacer lo que me plazca por un
segundo.
Suspiré y volví a cerrar la ventana. Faltaban un par de horas
para el cumpleaños y… Espero que fuera inolvidable así que mejor empezar a
hacer cosas.
Leí un par de veces más el discurso y lo guardé en la chaqueta
que me pondría. Me duche y me vestí, tres cuartos de hora. Tardé un rato en
colocarme el pelo y por último los zapatos. Me miré en el espejo, no me podía
quejar. La verdad que desde que me pelé me veía más maduro, mas hombre y
muchísimo más atractivo y guapo.
Alcé el bote de colonia y me rocié por todo el cuerpo. Listo.
Caminé hasta el salón y tomé un chicle de menta, por si acaso… Y ahora solo me
quedaba esperar a encontrarme con Claudia, la bella y preciosa Claudia. La
intocable Claudia, la mandona de Claudia, la celosa de Claudia, la perfecta
Claudia.
Caminé a la puerta y tras salir de la habitación cerré.
Dejando atrás la negatividad me encaminé a la positividad, la mágica noche que
me esperaba. La noche en la que cumpliría los diecinueve. Allá voy.
-¡Justin!- me giré y vi como la chica que acompañaba a Claudia
esta mañana se acercaba a mí corriendo. Tenía buen cuerpo y si no recuerdo mal
fue con la que le puso los cuernos su ex-novio.
-¿Si?
-Verás, se que Claudia está rara y muy capulla pero por favor
intenta hablar con ella, se que podéis solucionarlo. Además… Claudia no para de
hablar de ti desde que te ha visto esta mañana.
-¿Clara?- oímos desde el pasillo.
-Joder- me miró sonriendo y se fue alejando- ¡No pierdas esta
oportunidad Bieber!- y se ocultó en la habitación.
Sonreí y pegué un saltito elevando el brazo. ¡Bien Justin!
Ahora… No seas tan idiota y vuelve a enamorarla.
(Claudia)
Me miré al espejo unas cinco veces sin ningún motivo porque no
pensaba seducir a nadie… Pero nunca va de más estar guapa.
-¿Dónde estabas?- dije mirando como Clara cerraba la puerta.
-Buscando a la señora de la limpieza para pedirle toallas
limpias.
-Pero si acabamos de utilizarlas. Están más que limpias- le
miré con las cejas arqueadas y seguí contemplando mi rostro en el espejo.
-La fiesta habrá empezado ya ¿vamos?
-¿Por qué te entusiasma tanto esa fiesta?
-Porque debe estar lleno de famosos.
-Si… Ya ves.
-Vamos quita esa cara de culo y vamos a mover estos culitos de
divas que nos ha regalado el señor.
-Algunas veces me entran unas ganas de matarte…
-Que sádica.
-Vamos- dije tirándole del brazo. Caminamos cuidando cada paso
por los tacones que llevábamos y al fin alcanzamos el ascensor.
El corazón comenzó a latirme con fuerza cuando escuché la
música.
-¿Lista?- dijo Clara sonriendo maléficamente.
-Pf… Pues claro- intenté disimular mi nerviosismo y salimos a
la intemperie.
Unas cincuenta personas, o más bailaban al ritmo de Best Song
Ever, de One Direction, magnífica canción, magníficos chicos.
-¡Tía no me lo puedo creer!- gritó Clara señalando al
infinito- ¡Me muero!- miré hacía donde señalaba y le vi, Harry Styles, el amor
platónico de Clara.
-Me voy a morir, están aquí ¡Claudia que están aquí!- sonreí y
le empujé.
-¡Corre a hablar con él!
-No, no que vergüenza.
-¿En serio?- noté como alguien me cogía por la cintura y me
giré de inmediato, suponiendo lo que me iba a encontrar y… ¡BINGO!
-Hola chicas- se le dibujó aquella preciosa sonrisa en la
cara.
-¡Hola Justin!- dijo Clara sin dejar de mirar donde se
encontraba el señorito Styles.
-Ei…- dije un poco borde pero sin dejar de mirar su rostro, su
cuerpo, su ropa…
-¿Buscas algo Clara?- ella se giró avergonzada y asintió-
Harry Styles vuelve a triunfar- dijo sonriendo. Clara se sonrojó y me agarró
del brazo.
-¡Harry!- gritó Justin. El pelocho se giró y nos miró
sonriente, estaba precioso, es uno de los chicos más guapos que he visto en mi
vida…
-¿Qué pasa Just? ¿Y estas chicas?- dijo mirándonos.
-Mira ella es Claudia y esta la encantadora Clara que da la
casualidad que es directioner- Harry sonrió cómplice y se acercó a besarnos las
mejillas.
-Encantado, supongo que me conocéis- Clara asintió nerviosa y
se soltó de mi.
-Harry ¿y si sacas a bailar a Clara? Se le ve con ganas- Clara
abrió los ojos de par en par mirando con odio a Justin, aunque después se lo
agradecería.
-¿Me permite la señorita?- Clara sonrió incómoda y asintió.
Mierda, ¿por qué me dejaban a solas con Bieber? Suspiré y le miré.
-¿Y?- dije.
-No sé yo le he hecho un favor a tu amiga y ahora… Voy a
bailar ¿te animas?
-No bailo bien- se rió y negó.
-¿Crees que se me ha olvidado que eres bailarina? Venga
anímate, ¡es mi cumpleaños!- puse los ojos en blanco y miré tras el donde había
una chica que no paraba de mirarnos.
-Mira parece que esa chica tiene muchas ganas de bailar, corre
a molestarle un rato a ella- se encogió de hombros y se alejó de mi vista.
(Justin)
¿Quería estar sola? Pues adiós, no iba a pasarlo mal aunque
mis ganas de girarme y bailar con ella eran inmensas, aunque tenía que aceptar
que no era mía, al menos por ahora.
Caminé hasta donde estaba mi prima y me senté a su lado.
-¡Que tal!- gritó un poco, bastante, contenta. Menuda
borracha.
-Bien, bien- dije sonriéndole. Me hizo una señal de “ok” con
el dedo y se giró para seguir hablando con sus amigas.
Vi a lo lejos como Harry y Clara bailaban, demasiado pegadas…
Que Harry. Sonreí y cambié la vista hacia Claudia que estaba asomada a la
barandilla admirando la preciosa New York.
-¿Bonitas vistas verdad?- dije colocándome a su lado y mirando
al frente.
-Sí, bastantes… Mi ciudad favorita, y estoy aquí, en ella.
-¿Por cuánto tiempo?- se giró y me miró.
-De momento hasta unos meses.
-¿Meses?- asintió y se rascó el brazo.
-He venido a estudiar.
-¿Y el hotel?
-No he encontrado aún una escuela de danza…
-Seguro que la encuentras.
-Lo sé- sonreí y miré de nuevo la ciudad.
-Te he echado de menos ¿sabes?- dije uniendo mis manos. No
habló. Silencio.
-¿Crees que debo creerme eso después de lo que hiciste?
-Claudia…
-Te fuiste sin más. Me dejaste, te olvidaste de mí ¿por qué?
No lo entiendo, yo te quería, nos queríamos o eso quiero creer…
-Claro que te quería, es más, te amaba.
-¿Y qué pasó?
-Que tuve miedo.
-¿Miedo? ¿De qué?
-De perderos.
-¿Perdernos?
-Amo cantar, amo la música, amo mi mundo… Pero también te
amaba a ti. Si elegía entre ambas sabía que lo iba a pasar mal.
-Y elegiste lo que más querías.
-¡Claro que no!
-¿Entonces?- suspiré.
-¿Y si en algún momento me fallabas? ¿Lo dejábamos? ¿Qué
pasaría? Mi historia se habría acabado, ni Justin Bieber, ni el novio de
Claudia, ni nada…- de nuevo silencio. Me miró y de inmediato miró al suelo.
-¿Me querías?
-Nunca he dejado de hacerlo- sonrió y se abrazó a sí misma.
(Claudia)
No sé el porqué de esta situación. Ni de dónde ha salido esta
cara de felicidad. No entiendo porque tiene que hablar así, y no digo que lo
haga mal, al contrario, lo hace demasiado bien.
-¿Tienes frío?- preguntó con intención de quitarse la
chaqueta.
-No, no tranquilo- se la terminó de quitar y me la pasó por
los hombros- gracias pero no hacía falta.
-¿A no?- sonreí y me giré mirando a la gente. Clara y Harry
tomaban una copa en la barra libre, parecían animados.
-Parecen que se llevan bien…- asentí y le miré, estaba de
perfil. Un perfil extraordinario…
-¿Qué?- dijo sonriendo.
-Estás más…
-¿Cambiado?
-Más maduro.
-Se madura con los daños no con los años- miré al suelo y noté
como me levantaba la barbilla.
-¿Por qué no me llamaste?
-Porque sabía que no ibas a volver.
-Ni lo intentaste…
-Tuve miedo- sonrió irónico mirando al suelo y se cruzó la
pierna sobre la otra.
-Pero pasó.
-Pasó- repetí.
-Muy bien Justin es hora de que salgas y nos digas lo que
tanto llevas preparando- escuchamos de pronto. Nos giramos y vimos a una chica
alta, morena y algo borracha. Justin me miró una última vez y se alejó entre la
multitud.
-Hola… Gracias por venir, espero que lo estéis pasando bien-
me acerqué al escenario improvisado e intenté ver más allá de las cabezas.
-Tenía preparado un pequeño discurso de agradecimiento pero no
lo voy a leer- arrojó el papel a una esquina del escenario y se sentó en una
silla- prefiero cantar una canción, espero que mi prima no me mate después de
esto, le ha costado un poco el discurso- sonrió y cogió el micrófono.
Me acerqué un poco más, con cuidado de no tropezar, casi
estuve en primera fila… Miré a Justin y el a mí. All The Matters, si la había
escuchado.
La historia encajaba medianamente con lo que había pasado
entre nosotros. El problema era, ¿por qué?
Canté por encima de su voz, no era muy larga y terminó pronto.
Todo el mundo aplaudió pero no yo. Una lágrima recorrió mi mejilla y calló
sobre mi mano. Justin se levantó y me miró. Bajó lo más rápido que pudo del
escenario e intentó acercarse a mí.
Me giré y rápidamente salí de aquella bulla. No quería hablar
de nada con él, mas bien no podía.
Me descalcé cuando llegué al pasillo y caminé por él un poco más
calmada, ni siquiera avisé a Clara de que me había ido.
-¡Claudia!- me giré y le vi. Venía hacía mi corriendo.
-¿Por qué? ¿Por qué lloras? Debería llorar yo ¿no crees? Te
quiero, Claudia, te quiero ¡NUNCA he querido mas a nadie!- le miré sin dejar de
llorar, me podía él, y me podía yo.
Seguí caminando sin mirar atrás cuando note como me agarraban.
-¿Vas a seguir huyendo?
-Hasta que me olvides.
-Ese es el problema, que nunca te voy a olvidar- me solté de
él y abrí la habitación. Entré y el detrás de mí.
-Y tu…- cerró- ¿me has olvidado?- solté la tarjeta sobre la
mesa y me giré malhumorada.
-¡Como quieres que te olvide si apareces continuamente en mi
vida! ¡Mi madre! ¡Mi padre! Me hablando de ti continuamente, todo el tiempo.
Sales en la radio, mis amigas hablan de ti, tengo que bailar tus canciones,
todo está igual que antes, el problema es que ya no te tengo- se silenció de
nuevo todo.
-No he vuelto a soñar contigo…- dije- Estuve todo el verano
pensando en ti, no salías de mi cabeza. Te veía tan felíz por la televisión,
tan contento por twitter…
-Me dejaste de seguir.
-Eso no quiere decir que no te viera.
-¿Lo hacías?
-Lo hacía, hasta que me frené y lo mandé todo a la mierda.
Pensaba que quizás llamarías algún día, me quedaban esperanzas.
-Pero no lo hice- negué y los ojos se me encharcaron- ¿acaso
tu sí?
-No tenía motivos- se acercó y me miró muy profundamente.
-Mírame y dime que no me quieres- dijo cogiéndome las
mejillas.
-No puedo- dije susurrante.
-¿O no quieres?
-Ni quiero ni puedo- y sin dejarme seguir hablando me besó. Sí
me beso y fue de aquellos besos que no quieres que acaben, de esos besos que no
terminan, parecen infinitos. Los que te hacen erizar, con los que te quedas con
ganas de mas. Se separó, muy poco, aún casi podía rozar sus labios.
-No te volveré a fallar Claudia, nunca.
(Justin)
No me lo podía creer. Estaba aquí y era tan raro. No había
dejado de pensar en Claudia durante todo este tiempo, ni un instante, todo era
Claudia, Claudia, Claudia…
¿Pero por qué aquí? ¿Por qué tenía que ser hoy? ¿En mi
cumpleaños? Maldito destino…
-¡Ey Justin estás desconcentrado!- miré a Jessi descontentó y
me aparté de su lado.
-Eh… ¿Qué te pasa hoy?
-Dios Jessy te deberían poner un bozal, no paras de hablar- se
calló. Me giré y le miré con compasión.
-Lo siento es que me he encontrado con…
-Déjalo primito, ya hablamos cuando te encuentres mejor ¿vale?
Sigue ensayando ese discurso porque si lo lees así te van a matar- suspiré y
asentí.
-Lo siento- sonrió y se marchó de la habitación del hotel.
Caminé ignorando el discurso y me asomé a la ventana, a 34 habitaciones de alto
observé a personas diminutas andando de un lado a otro… Quería sentirme libre
por un momento, como aquellas personas, poder hacer lo que me plazca por un
segundo.
Suspiré y volví a cerrar la ventana. Faltaban un par de horas
para el cumpleaños y… Espero que fuera inolvidable así que mejor empezar a
hacer cosas.
Leí un par de veces más el discurso y lo guardé en la chaqueta
que me pondría. Me duche y me vestí, tres cuartos de hora. Tardé un rato en
colocarme el pelo y por último los zapatos. Me miré en el espejo, no me podía
quejar. La verdad que desde que me pelé me veía más maduro, mas hombre y
muchísimo más atractivo y guapo.
Alcé el bote de colonia y me rocié por todo el cuerpo. Listo.
Caminé hasta el salón y tomé un chicle de menta, por si acaso… Y ahora solo me
quedaba esperar a encontrarme con Claudia, la bella y preciosa Claudia. La
intocable Claudia, la mandona de Claudia, la celosa de Claudia, la perfecta
Claudia.
Caminé a la puerta y tras salir de la habitación cerré.
Dejando atrás la negatividad me encaminé a la positividad, la mágica noche que
me esperaba. La noche en la que cumpliría los diecinueve. Allá voy.
-¡Justin!- me giré y vi como la chica que acompañaba a Claudia
esta mañana se acercaba a mí corriendo. Tenía buen cuerpo y si no recuerdo mal
fue con la que le puso los cuernos su ex-novio.
-¿Si?
-Verás, se que Claudia está rara y muy capulla pero por favor
intenta hablar con ella, se que podéis solucionarlo. Además… Claudia no para de
hablar de ti desde que te ha visto esta mañana.
-¿Clara?- oímos desde el pasillo.
-Joder- me miró sonriendo y se fue alejando- ¡No pierdas esta
oportunidad Bieber!- y se ocultó en la habitación.
Sonreí y pegué un saltito elevando el brazo. ¡Bien Justin!
Ahora… No seas tan idiota y vuelve a enamorarla.
(Claudia)
Me miré al espejo unas cinco veces sin ningún motivo porque no
pensaba seducir a nadie… Pero nunca va de más estar guapa.
-¿Dónde estabas?- dije mirando como Clara cerraba la puerta.
-Buscando a la señora de la limpieza para pedirle toallas
limpias.
-Pero si acabamos de utilizarlas. Están más que limpias- le
miré con las cejas arqueadas y seguí contemplando mi rostro en el espejo.
-La fiesta habrá empezado ya ¿vamos?
-¿Por qué te entusiasma tanto esa fiesta?
-Porque debe estar lleno de famosos.
-Si… Ya ves.
-Vamos quita esa cara de culo y vamos a mover estos culitos de
divas que nos ha regalado el señor.
-Algunas veces me entran unas ganas de matarte…
-Que sádica.
-Vamos- dije tirándole del brazo. Caminamos cuidando cada paso
por los tacones que llevábamos y al fin alcanzamos el ascensor.
El corazón comenzó a latirme con fuerza cuando escuché la
música.
-¿Lista?- dijo Clara sonriendo maléficamente.
-Pf… Pues claro- intenté disimular mi nerviosismo y salimos a
la intemperie.
Unas cincuenta personas, o más bailaban al ritmo de Best Song
Ever, de One Direction, magnífica canción, magníficos chicos.
-¡Tía no me lo puedo creer!- gritó Clara señalando al
infinito- ¡Me muero!- miré hacía donde señalaba y le vi, Harry Styles, el amor
platónico de Clara.
-Me voy a morir, están aquí ¡Claudia que están aquí!- sonreí y
le empujé.
-¡Corre a hablar con él!
-No, no que vergüenza.
-¿En serio?- noté como alguien me cogía por la cintura y me
giré de inmediato, suponiendo lo que me iba a encontrar y… ¡BINGO!
-Hola chicas- se le dibujó aquella preciosa sonrisa en la
cara.
-¡Hola Justin!- dijo Clara sin dejar de mirar donde se
encontraba el señorito Styles.
-Ei…- dije un poco borde pero sin dejar de mirar su rostro, su
cuerpo, su ropa…
-¿Buscas algo Clara?- ella se giró avergonzada y asintió-
Harry Styles vuelve a triunfar- dijo sonriendo. Clara se sonrojó y me agarró
del brazo.
-¡Harry!- gritó Justin. El pelocho se giró y nos miró
sonriente, estaba precioso, es uno de los chicos más guapos que he visto en mi
vida…
-¿Qué pasa Just? ¿Y estas chicas?- dijo mirándonos.
-Mira ella es Claudia y esta la encantadora Clara que da la
casualidad que es directioner- Harry sonrió cómplice y se acercó a besarnos las
mejillas.
-Encantado, supongo que me conocéis- Clara asintió nerviosa y
se soltó de mi.
-Harry ¿y si sacas a bailar a Clara? Se le ve con ganas- Clara
abrió los ojos de par en par mirando con odio a Justin, aunque después se lo
agradecería.
-¿Me permite la señorita?- Clara sonrió incómoda y asintió.
Mierda, ¿por qué me dejaban a solas con Bieber? Suspiré y le miré.
-¿Y?- dije.
-No sé yo le he hecho un favor a tu amiga y ahora… Voy a
bailar ¿te animas?
-No bailo bien- se rió y negó.
-¿Crees que se me ha olvidado que eres bailarina? Venga
anímate, ¡es mi cumpleaños!- puse los ojos en blanco y miré tras el donde había
una chica que no paraba de mirarnos.
-Mira parece que esa chica tiene muchas ganas de bailar, corre
a molestarle un rato a ella- se encogió de hombros y se alejó de mi vista.
(Justin)
¿Quería estar sola? Pues adiós, no iba a pasarlo mal aunque
mis ganas de girarme y bailar con ella eran inmensas, aunque tenía que aceptar
que no era mía, al menos por ahora.
Caminé hasta donde estaba mi prima y me senté a su lado.
-¡Que tal!- gritó un poco, bastante, contenta. Menuda
borracha.
-Bien, bien- dije sonriéndole. Me hizo una señal de “ok” con
el dedo y se giró para seguir hablando con sus amigas.
Vi a lo lejos como Harry y Clara bailaban, demasiado pegadas…
Que Harry. Sonreí y cambié la vista hacia Claudia que estaba asomada a la
barandilla admirando la preciosa New York.
-¿Bonitas vistas verdad?- dije colocándome a su lado y mirando
al frente.
-Sí, bastantes… Mi ciudad favorita, y estoy aquí, en ella.
-¿Por cuánto tiempo?- se giró y me miró.
-De momento hasta unos meses.
-¿Meses?- asintió y se rascó el brazo.
-He venido a estudiar.
-¿Y el hotel?
-No he encontrado aún una escuela de danza…
-Seguro que la encuentras.
-Lo sé- sonreí y miré de nuevo la ciudad.
-Te he echado de menos ¿sabes?- dije uniendo mis manos. No
habló. Silencio.
-¿Crees que debo creerme eso después de lo que hiciste?
-Claudia…
-Te fuiste sin más. Me dejaste, te olvidaste de mí ¿por qué?
No lo entiendo, yo te quería, nos queríamos o eso quiero creer…
-Claro que te quería, es más, te amaba.
-¿Y qué pasó?
-Que tuve miedo.
-¿Miedo? ¿De qué?
-De perderos.
-¿Perdernos?
-Amo cantar, amo la música, amo mi mundo… Pero también te
amaba a ti. Si elegía entre ambas sabía que lo iba a pasar mal.
-Y elegiste lo que más querías.
-¡Claro que no!
-¿Entonces?- suspiré.
-¿Y si en algún momento me fallabas? ¿Lo dejábamos? ¿Qué
pasaría? Mi historia se habría acabado, ni Justin Bieber, ni el novio de
Claudia, ni nada…- de nuevo silencio. Me miró y de inmediato miró al suelo.
-¿Me querías?
-Nunca he dejado de hacerlo- sonrió y se abrazó a sí misma.
(Claudia)
No sé el porqué de esta situación. Ni de dónde ha salido esta
cara de felicidad. No entiendo porque tiene que hablar así, y no digo que lo
haga mal, al contrario, lo hace demasiado bien.
-¿Tienes frío?- preguntó con intención de quitarse la
chaqueta.
-No, no tranquilo- se la terminó de quitar y me la pasó por
los hombros- gracias pero no hacía falta.
-¿A no?- sonreí y me giré mirando a la gente. Clara y Harry
tomaban una copa en la barra libre, parecían animados.
-Parecen que se llevan bien…- asentí y le miré, estaba de
perfil. Un perfil extraordinario…
-¿Qué?- dijo sonriendo.
-Estás más…
-¿Cambiado?
-Más maduro.
-Se madura con los daños no con los años- miré al suelo y noté
como me levantaba la barbilla.
-¿Por qué no me llamaste?
-Porque sabía que no ibas a volver.
-Ni lo intentaste…
-Tuve miedo- sonrió irónico mirando al suelo y se cruzó la
pierna sobre la otra.
-Pero pasó.
-Pasó- repetí.
-Muy bien Justin es hora de que salgas y nos digas lo que
tanto llevas preparando- escuchamos de pronto. Nos giramos y vimos a una chica
alta, morena y algo borracha. Justin me miró una última vez y se alejó entre la
multitud.
-Hola… Gracias por venir, espero que lo estéis pasando bien-
me acerqué al escenario improvisado e intenté ver más allá de las cabezas.
-Tenía preparado un pequeño discurso de agradecimiento pero no
lo voy a leer- arrojó el papel a una esquina del escenario y se sentó en una
silla- prefiero cantar una canción, espero que mi prima no me mate después de
esto, le ha costado un poco el discurso- sonrió y cogió el micrófono.
Me acerqué un poco más, con cuidado de no tropezar, casi
estuve en primera fila… Miré a Justin y el a mí. All The Matters, si la había
escuchado.
La historia encajaba medianamente con lo que había pasado
entre nosotros. El problema era, ¿por qué?
Canté por encima de su voz, no era muy larga y terminó pronto.
Todo el mundo aplaudió pero no yo. Una lágrima recorrió mi mejilla y calló
sobre mi mano. Justin se levantó y me miró. Bajó lo más rápido que pudo del
escenario e intentó acercarse a mí.
Me giré y rápidamente salí de aquella bulla. No quería hablar
de nada con él, mas bien no podía.
Me descalcé cuando llegué al pasillo y caminé por él un poco más
calmada, ni siquiera avisé a Clara de que me había ido.
-¡Claudia!- me giré y le vi. Venía hacía mi corriendo.
-¿Por qué? ¿Por qué lloras? Debería llorar yo ¿no crees? Te
quiero, Claudia, te quiero ¡NUNCA he querido mas a nadie!- le miré sin dejar de
llorar, me podía él, y me podía yo.
Seguí caminando sin mirar atrás cuando note como me agarraban.
-¿Vas a seguir huyendo?
-Hasta que me olvides.
-Ese es el problema, que nunca te voy a olvidar- me solté de
él y abrí la habitación. Entré y el detrás de mí.
-Y tu…- cerró- ¿me has olvidado?- solté la tarjeta sobre la
mesa y me giré malhumorada.
-¡Como quieres que te olvide si apareces continuamente en mi
vida! ¡Mi madre! ¡Mi padre! Me hablando de ti continuamente, todo el tiempo.
Sales en la radio, mis amigas hablan de ti, tengo que bailar tus canciones,
todo está igual que antes, el problema es que ya no te tengo- se silenció de
nuevo todo.
-No he vuelto a soñar contigo…- dije- Estuve todo el verano
pensando en ti, no salías de mi cabeza. Te veía tan felíz por la televisión,
tan contento por twitter…
-Me dejaste de seguir.
-Eso no quiere decir que no te viera.
-¿Lo hacías?
-Lo hacía, hasta que me frené y lo mandé todo a la mierda.
Pensaba que quizás llamarías algún día, me quedaban esperanzas.
-Pero no lo hice- negué y los ojos se me encharcaron- ¿acaso
tu sí?
-No tenía motivos- se acercó y me miró muy profundamente.
-Mírame y dime que no me quieres- dijo cogiéndome las
mejillas.
-No puedo- dije susurrante.
-¿O no quieres?
-Ni quiero ni puedo- y sin dejarme seguir hablando me besó. Sí
me beso y fue de aquellos besos que no quieres que acaben, de esos besos que no
terminan, parecen infinitos. Los que te hacen erizar, con los que te quedas con
ganas de mas. Se separó, muy poco, aún casi podía rozar sus labios.
-No te volveré a fallar Claudia, nunca.
domingo, 26 de mayo de 2013
Capítulo 43.
(Claudia)
-¿Qué te parece si después vamos a dar un
paseo?- pregunté sonriente.
-Claro- dijo mientras masticaba un trozo
de pizza.
Sonreí y me levanté a por agua. Cuando me
di la vuelta vi como Justin miraba mi culo atentamente y sin vergüenza ninguna.
-Pero bueno ¿tú que miras?- pregunté
riéndome.
-No es mi culpa que lleves los leguins tan
ajustados- soltó el trozo de pizza y se levantó.
Se acercó a mí y me cogió en brazos.
-¡Justin, Justin! Al final te tiro el vaso
de agua encima- dije riéndome.
-Tú sabrás lo que haces... Atenta a las
consecuencias- dijo riéndose aun más.
Me bajó de sus brazos y
solté el vaso. Me acerqué a el y le di un beso en los labios.
-¿Sabes que te quiero?
-No, pero ahora lo tengo
claro…
Sonreí y me encaminé a la
puerta, le miré y se levantó sonriendo.
-Me tendrás que explicar cómo
vamos a hacer para que no me vean ¿no?
-Sí, la verdad no había
caído en eso…- mire por todos lados pero no encontré nada. Me encogí de hombros
y abrí la puerta. Justin se pudo unas gafas de sol y la capucha de la chaqueta.
-No creo que nos
encuentren… Pero por si acaso ponte tu otras - dijo Justin señalando mis gafas
de sol que tenía sobre la cabeza.
Arrugué la nariz y me las
puse, le di la mano y caminamos juntos por la calle de mi edificio.
Andamos hasta un parque,
entre bromas, risas, miradas. Era todo increíble, es tan difícil explicar esta
situación…
-¿Claudia? Por fin te
encuentro, te he llamado mil veces- me di la vuelta y allí estaban Jorsh y Clara. Les miré sorprendida a la vez
que daba un codazo a Justin.
-Oye, yo lo siento Claudia…
De verdad, lo siento no debería haber hecho esto… Pero Jorsh me gusta y mucho
además… ¿Quién es ese? – dijo señalando la espalda de Justin.
Se dio la vuelta y se
quitó las gafas. ¿De verdad? Estaba mostrándose y podía llamar la atención de más
gente.
-¡Justin Bie…!- tapé la
boca de Clara con la mano.
-¿Ves? No estaba loca
Clara… Para empezar me molestó un poco lo que hicisteis la verdad, pero… Yo
también tengo un poco de culpa ¿no?- miré a Justin el que sonrió y guiñó un
ojo.
El primer flash, el
segundo, miles de paparazis a nuestro alrededor.
-¡Mierda!- Justin se puso
las gafas y agarrándome de la mano corrió conmigo.
Corrimos hasta llegar a
casa y entramos corriendo.
-Joder, ahora sí que la
hemos cagado- se apoyó contra la pared y resopló.
-Lo bueno de todo esto… Es
que por lo menos estoy contigo, es lo que más me importa- dijo mientras se
apartaba y me miraba.
Me acerqué y lo abracé
fuertemente. Su aroma, olía genial, cada vez que lo abrazaba era… Alucinante.
Pasamos la tarde sin
volver a hablar de aquellos paparazis, vimos una película, todo era perfecto.
Empecé a tener sueño y me
quedé dormida sobre los brazos de Justin.
Debió pasar bastante
tiempo… ¿las cuatro de la mañana? Sí, sería esa hora cuando noté que alguien
besaba mis labios y acariciándome la cara salió de mi cuarto.
Hola… Tranquila, no es un sueño,
es real, pero… Me he tenido que marchar pequeña. Es difícil vivir mi vida
¿sabes? Parece todo perfecto, hasta que te enamoras. Y eso es lo que me ha
pasado, me he enamorado. Shh… No llores, sonríe, tienes la sonrisa más bonita
de todas las niñas del mundo. Ahora tengo que marcharme pero volveremos a
vernos, el destino nos va a volver a unir ¿te parece bien empezando por
nuestros sueños? Si es buena idea, apareceré todas las noches mientras duermas,
empezando por esta misma, mientras estés contando las estrellas como tanto te
gustaba hacer, o… ¿Mientras escuchas mis canciones? Y que te parece mientras
estás bailando, como la primera vez que te vi, si esa es buena idea. Se me hace
tarde cariño y el vuelo es dentro de… ¡O Dios mío! Dentro de una hora, una hora
en la que pensaré en ti. ¿Qué digo una hora? Toda la vida… Te quiero, adiós.
Dos, tres, cien… Lágrimas.
Epílogo.
-¡Corre! ¡Vamos a perder
el taxi! ¡Claudia!
-Joder, ya voy- corrimos
cargando con las maletas al taxi… Segundo año en New York, por fin habíamos
llegado.
Habría la ventanilla de
aquel coche y asomé la cabeza… 1 de Marzo, todavía hacía algo de frío pero el
día tenía un sol tan brillante que entraban ganas de quedarse con mangas
cortas.
-¡Clara! Mira- señalé las
escaleras rojas que había en Manhattan.
Sonrió y aplaudió. El taxi
frenó y tras pagar nos bajamos corriendo. Las maletas se tambaleaban de un lado
a otro sin control, caían de un lado a otro. Frenamos en la puerta del hotel y
nos giramos a la vez.
-¡Hola New York!- gritamos
mientras saltamos y bailamos.
Corrimos dentro del hotel
como locas.
-¿Recepción? Allí- señaló
Clara y corrimos hacia el mostrador.
-Hi! Spanish please?- dijo Clara algo nerviosa. El
recepcionista sonrió y me miró a mí.
- Sorry my
friend no good speaking English- dije en mi ingles más
perfecto.
-Tranquila soy mexicano.
-Uf, que alivio, no se nos da muy bien el inglés.
Rió y nos preguntó que deseábamos. Le explicamos que queríamos
una habitación para dos y nos dio las llaves después de haber pagado.
Subimos soltamos las cosas y rápidamente cogimos la cámara,
algo de dinero y bajamos de nuevo. Estábamos pasando por recepción cuando un
montón de focos nos deslumbraban. Se escuchaban chillidos por todos lados. Nos
miramos y seguimos a la salida. Pero de pronto unos cinco hombres grandotes nos
empujaron de nuevo hacia dentro. Cerraron el hotel y los señores grandotes se
dispersaron.
-Debe ser una estrella de cina o algún cantante- dijo Clara.
Entonces un chico alto, con una gorra negra y unos pitillos
caídos apareció de repente.
Clara me miró y tragó saliva apartándose un poco.
No me lo podía creer… el, estaba allí, en el mismo hotel que
yo… Había pasado ya un año desde que… Espera hoy era uno de marzo… su
cumpleaños, eso explicaban los globos en los pasillos y el ascensor.
Levantó la cabeza sonriendo y me vio, se paralizó me observó
de arriba abajo sin dar crédito a lo que veía.
Me di la vuelta cogiendo a Clara de la mano para subir al
cuarto, me temblaba todo tenía ganas de llorar. Desde que se fue de aquella
manera deje de seguirle en twitter, vendí todos sus posters y sus discos y todo
lo que tuviese que ver con él. Borré su número e intenté olvidarme de él, es más
tras esa noche no lo volví a ver en ningún sueño, había sufrido mucho durante
un año, no quería que volviera a pasar, el aquí…
-¿Claudia?- dijo… Su voz, le quería, le amaba pero… Me hizo
daño, pensaba que me prefería a mi antes que su trabajo y… Me sentó bastante
mal. Me giré y sonreí vengativa.
-Sí, la misma. Al parecer tienes razón nos hemos vuelto a
encontrar. El destino… Por cierto felicidades.
-Gracias, yo… No me esperaba esto, eh… ¿Qué tal? Perdimos el
contacto y…
-Sí, tienes razón lo perdimos y perdido está.
-¿Incluso para una cena esta noche en la azotea del hotel?
Solo para celebrar mi cumpleaños… Voy a montar una fiesta intima.
Clara me miró y suplicando trescientas veces me convenció para
ir a aquella fiesta.
-Está bien, iremos- sonrió como un crío y me dio un papel.
-Toma la invitación para que podáis entrar, de todas maneras
os pondré en la lista ¿os parece bien?
-Si ¡perfecto!- dijo Clara saltando.
Se rió y sin saber que decir pasé por su lado saludando al
chico del mostrador, Juan.
jueves, 17 de enero de 2013
Capítulo 42.
(Justin)
Besó
mis labios, por fin sentía otra vez el calor de su boca en la mía.
Le seguí el beso sensualmente y se separó.
-Tengo
que hablar con tigo- dijo Claudia un poco triste.
Miré
a Kenny y entendió mi petición. Salió de su casa y se fue hasta
que le volviese a avisar.
Me
invitó a sentarme en un sillón de color beige muy bonito. Me
acerqué a ella y me sonrió.
-Justin...
Mi novio me ha estado engañando mientras he estado en Barcelona-
dijo algo triste.
La
verdad es que no me entristecí, mas bien me alegre de saberlo, ya
estaba claro que sería mía.
-Bueno
tan poco es tan malo... Ya sabes tu y yo también hemos estado juntos
en este tiempo- dije sonriendo.
Me
miro algo dolida y culpable por lo que había echo.
-Es
verdad, solo que me ha engañado con mi mejor amiga- dijo soltando
una lágrima de su rostro.
Me
levanté y me puse frente a ella. Me acerqué despacio a su cara y le
acaricié la mejilla.
-Mas
vale una sonrisa triste, que la tristeza de no verte sonreír- dije
levantando despacio su cara y haciendo que me mirase.
Soltó
una pequeña risita, lo suficiente para hacerme sonreír de nuevo.
Me
senté a su lado otra vez y le abracé.
-No
dejes nunca de sonreír ¿vale?- dije sujetando sus manos.
-Vale,
por cierto... ¿Donde te vas a instalar?-preguntó sonriendo.
¡Mierda
no había caído en eso!
Ella
sonrió al verme la cara de sorpresa que puse.
-Tengo
un desván si me ayudas a ordenarlo puedo hacer de el una pequeña
habitación para el señor- ya una habitación pero ¿y sus padres?
-Y
por mis padres no te preocupes que no llegan hasta las nueve, cuando
lleguen se lo explicaré y punto- dijo antes de hacerle la misma
cuestión.
Acepté
y sonreí, pero de pronto sonó mi movil.
Lo
miré, mi madre.
-¿Preparada?-
le dije a Claudia.
-¿Qu...?-
no le dio tiempo a terminar cuando un ¡JUUUUUUUUUUUUSTIIIIIIIIIIIIN!
Furioso salió del movil.
Claudia
se tapo la boca para no reírse.
-Dime
mama- dije tranquilamente, ya que al lado de Claudia todo era
perfecto y tranquilo, me daba igual la bronca que me echaran estando
a su lado todo me importaba una mierda.
-¿Como
que dime? Pero tu sabes la locura que has echo, si te hubiera pasado
algo no me lo perdonaría en la vida, eres tonto o que te pasa,
hijo... Cojo el próximo avión a Sevilla, no eres normal tu
en...-dijo mi madre intentado tranquilizarse.
-Mama,
tranquila. No me ha pasado nada, estoy bien me acompañó
Kenny...-dije.
-¡Kenny!
Hablaré con el y me pensaré si echarlo- dijo seria.
-No,
no el contrato lo firmó para mi en todo caso lo echaría yo mama-
dije haciéndome el gracioso.
-Ah
muy gracioso, si estuviera aquí tu abuelo, quien te cogiera...
Llegaré allí sobre las ocho, no vallas a hace mas locuras- dijo.
-Vale
mama, está bien me portaré correctamente- dije mientras sonreía a
Claudia, la que prestaba atención a la conversación.
Colgamos
y me reí.
-Te
van a matar- dijo Claudia riendo con migo.
-No
lo creo- dije seguro.
-Si
no te mato yo antes- dijo saltando encima mía y haciéndome
cosquillas.
Me
empecé a reír -No por favor, para- seguía riéndome.
Ella
se levantó y sacándome la lengua salió corriendo.
Salí
detrás de ella casi pisándole los talones, el caso es que corría
bastante.
Subimos
hasta el desván donde entraba un poco de luz.
Me
paré y lo miré fijamente, ¿de que me sonaba?
Entramos
de la mano y nos sentamos en la cama.
-Está
bien- dije satisfecho.
-Hombre
mejor que un hotelucho de por aquí- dijo Claudia.
Se
levantó y empezó a ordenar un poco aquello. Le ayude y al cabo de
unas horas estaba todo montado.
Bajamos
y tomamos un aperitivo.
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